Desarrollemos pues: Si yo no soy rico o no tengo a la mujer de mi vida y no tengo miedo al más allá, sólo debo tenerle miedo al "más acá" es decir, a la policía y a las leyes. Si yo soy ateo y no tengo esperanza de vivir el más allá y vivo muy muy mal en el más acá, sólo tengo dos caminos: Uno es el del suicidio (que es el que eligen los cobardes) y el otro es el de hacer un buen plan y transgredir las leyes para que mi suerte cambie (suponiendo que no sea capaz por mis medios) Siendo ateo...¿Para qué me voy a preocupar de que un ser muera o viva? una vez muerto ya no existe y mi conciencia no sufre. El problema es que la conciencia es una forma de creer en algo más allá de lo humano animal.
Resumiendo: Robar un banco, secuestrar a la mujer que deseas o hacer cualquier cosa en contra de otro humano, no ha de tener mayor problemas para un ateo puro. El creyente cree que más allá de las leyes, que puedan ser burladas, puede haber un castigo mayor. (No cuenta los que a pesar de ser creyentes se saltan las leyes. Suelen ser unos creyentes que acomodan las creencias a sus gustos)
En los párrafos dos y tres digo que los ateos creen que una vez muertos nos comen los gusanos. Esa es la idea que yo tengo de alguien que no cree en la transcendencia del alma. Si hay otras "posibilidades" no soy yo el que las pueda contar. ¿No es así?