
Iniciado por
charpe
Un día iniciamos una costumbre. Los sábados almorzábamos juntos en el local donde tenia el taller. Ella traía la comida preparada, o los ingredientes y preparábamos juntos en una parrilla eléctrica, improvisábamos una mesa con una tabla y una par de cajas de cartón (el espacio era pequeño pero al mismo tiempo era acogedor) y mencionábamos lo hermoso que seria vivir así, con eso bastaría estando juntos (aunque creo que mas nos referíamos a sentirnos así juntos). En la puerta de la tienda se colocaba una mujer a vender cacahuates (maní), tenia con ella a dos de sus hijas, de dos y cuatro años, un día las añadimos a nuestros almuerzos. Era divertido, era tierno,era un ensayo, por un par de horas. Esa mujer se convirtió en nuestra comadre, pues somos padrinos de esas niñas.