
Iniciado por
Zampabol
Una reflexión personal sobre el ateo militante.
Es curioso observar la extraña manera de comportarse de este tipo de personas que abandonan los debates cuando se dan cuenta de que no tienen argumentos pero siguen defendiendo aquello que saben que es mentira. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué una persona que suponemos que está en sus cabales, defiende que, por ejemplo, un feto no es un ser vivo, o defiende que todos los creyentes son lo mismo o cualquier idiotez que ellos mismos saben en su interior que es mentira?
¿Es que su triste personalidad les impulsa a mentir para colocarse a codazos en los focos? ¿Es que su vida es tan triste que no tienen más remedio que engañarse a sí mismos para poder sobrellevar sus penosas existencias?
No lo entiendo. No entiendo esas mentiras absurdas que ni ellos creen, no entiendo ese afán de protagonismo avalado por un desconocimiento atroz.
Será que como dice Tía Teresa, en el mundo sólo hay dos tipos de personas:
Las sensatas y que viven felices conviviendo con sus problemas y las otras, que malviven una existencia vacía culpando a los demás de sus propias miserias.
¡¡Mi Tía es muy lista y muy rumbosa!!