No importa que hagamos criando a nuestros hijos e hijas (o cualquier ser humano) les transmitimos, cuando no les imponemos, una serie de valores, morales y de cualquier clase. De manera optimista serán los convenientes para que se desenvuelvan en sociedad. O sea que no es un deber ni algo que se elija hacer, si acaso, poniendo mucha atención, podremos escoger algunos de los valores a transmitirles con la esperanza que esos desarrollen. Lo que no implica necesariamente que sean los correctos, ni los mas convenientes, sino solo los que a nosotros nos parecen o nos gustan.
Como ejemplo, un lugar muy común es enseñarles a los infantes "No digas mentiras", lo que es un "valor" irreal por imposible, por "antinatural". Mentir es algo normal, en el ser humano y en muchos otros animales. Lo mas conveniente es enseñar a los hijos e hijas a hacer uso del mentir de la manera menos perjudicial posible y de manera responsable, o al menos a hacerlo bien. Los padres y madres debemos considerar, en lugar de decir "No digas mentiras", lo que parece ser la verdadera intensión "No ME digas mentiras".