
Iniciado por
misericordia
Jesucristo dice, que si Él no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían culpa. Es ahora cuando no hay escusa para el pecado, y el pecado es desobedecer los mandamientos que Jesucristo enseña en el Evangelio.
Jesucristo no manda guerras ni penas de muerte, Jesucristo manda misericordia y manda amar a los enemigos.
Si todos los hombres del mundo amaran a sus enemigos, no habría guerras ni penas de muerte.
Pero vino para quitarnos el pecado con su sangre
y ahora que lo sabes no tienes excusa para decir que no tienes pecado
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)