Tengo dos historias muy cercanas pues se trata de eventos que ocurrieron a mi padre.
Ambos asuntos ocurrieron antes que yo naciese.
Me las narró mi padre en varias oportunidades,
y fueron corroboradas por mi madre.

Mis padres llegaron a Chile en 1937, con un contrato para hacerse cargo de producción de vino una viña.
El viejo era enólogo.

Él debía viajar al sur de Chile, a un lugar llamado Tomé, donde había una bodega de la viña que él supervisaba.
Sus visitas eran cada 15 días.

Tomaba el tren desde Curicó a Chillán, donde pasaba la noche en un hotel,
y al otro día temprano seguía su viaje hacia Tomé.

Pero ese día, el 24 de enero de 1939, le dice a mi madre:
"no puedo viajar hoy a Chillán".
-- Pero qúe te pasa, viejo, le habría preguntado.
"no se, solamente se que no puedo viajar hoy a Chillán".

Esa noche, como a las 11 de la noche, se sintió un temblor muy fuerte.

Se trataba del "terremoto de Chillán", que tuvo una magnitud sobre 8.

Varios días más tarde, mi padre viajó a Tomé por vía marítima,
y fué a Chillan para enterarse de qué aconteció ahí.

El hotel donde solía pasar la noche, había quedado totalmente destruído.
No hubo sobrevivientes entre los pasajeros.