Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
La Primera a los Corintios
CAPITULO 7

Ahora bien, respecto a las cosas de que escribieron ustedes, es bueno que el hombre no toque mujer; 2 no obstante, a causa de la ocurrencia común de la fornicación, que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo. (.......)
Ya he respondido a esto que dices. Lee:

Cita Iniciado por María_Laura3 Ver Mensaje

Vuestras biblias están muy mal traducidas. Traducís por esposa donde debería decir mujer, según los textos griegos.

Y de todas formas, hay que ser fieles al Evangelio, no a las escrituras que contradicen al Evangelio, y el Evangelio dice que los que son dignos del reino de Dios, ni se casan ni se dan en casamiento.

Y en cuanto a la fornicación, el Evangelio no enseña lo que tú enseñas. Lee:
Cita Iniciado por María_Laura3 Ver Mensaje
Juan 8:41
Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.
8:42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
8:43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.


Aquellos judíos entendían muy bien que la fornicación era hacer las obras del diablo.

Y es que la fornicación no son las relaciones de amor entre personas que se unen como Jesús enseñó y no por matrimonios impuestos por religiones de hombres, porque Jesús enseñó que los que son dignos de alcanzar el reino de Dios, ni se casan ni se dan en casamiento. Jesús no mandó matrimonios mundanos, sino que habló de la unión entre el hombre y la mujer. Lee:

Mateo 19:5-6
Y dijo: Por tanto, el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y serán dos en una carne. Así que, no son ya más dos, sino una carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre.