En una oración a Dios, Jesús afirmó:
“Tu palabra es la verdad” (Juan 17:17).
Está claro, entonces, que Dios no acepta ninguna religión que contradiga lo que enseña la Biblia.
De ahí que Jesús aplicara a los líderes religiosos hipócritas las siguientes palabras de Dios:
“En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas” (Mateo 15:9).