Es cierto que Jesús empleaba lenguaje figurado, en especial cuando enseñaba por medio de parábolas o ilustraciones.

Pero este método simplemente le permitía seleccionar a sus oyentes. Los que no estaban verdaderamente interesados en la enseñanza de Jesús sencillamente escuchaban sus parábolas y se iban sin tratar de profundizar en el asunto.

Los que tenían verdadera sed de conocimiento se quedaban para escuchar explicaciones adicionales. De modo que el conocimiento estaba al alcance de todos los que lo buscaban con sinceridad