REALIDAD. Este mito se ha difundido desde hace años; sin embargo, también de tiempo atrás, ha sido demostrada su ineficacia. Y si lo que se muestra a continuación es verdadero, es posible atribuir a los condones la desastrosa propagación de enfermedades de transmisión sexual, incluido, claro está, el SIDA.
En 1987, la FDA (Food and Drug Administration) empezó a usar una prueba de pérdida de agua, en la que "el preservativo se llena con 300 ml de agua y se verifica si pierde" (...) "tienen un nivel de calidad aceptable cuando, en cualquier lote dado, la tasa de fallo por permeabilidad al agua no excede cuatro preservativos por 1000. Los lotes que exceden este criterio específico de rechazo son retirados o excluidos de la venta. Entre los lotes de preservativos que tenían un nivel de calidad aceptable, la tasa de fallos observada estaba en el 2.3/1000". Ya en febrero de 1988, un estudio reveló que el fallo global de todos los lotes era del 12%, y hubo 16 rechazos de preservativos defectuosos [8]. Posteriormente fueron rechazadas las marcas "Ramses Extra Strength"" (marzo de 1991) debido a "cantidad inaceptable de orificios y fisuras del anillo" [9]. "Saxon Wet Lubricated" (mayo de 1991) por no pasar el control de calidad de la FDA [10], y otro rechazo numeroso fue citado por The New York Times en noviembre de 1991.
En México, un reportaje sobre la calidad de los condones incluyó 26 marcas, tanto importadas como nacionales, llegando a las siguientes observaciones:
Defectos visibles. Se llevaron a cabo análisis para verificar la inexistencia de defectos tales como: orificios, rasgaduras, roturas, escurrimientos de material, partes débiles, bordes distorsionados, etc. Se encontró que las marcas Sheik Elite, Ramses Sensitol y Trojan Plus tenían una calidad regular.
Orificios no visibles. El análisis consistió en llenar el producto con agua para corroborar que después de manipularlo por un tiempo específico, aquel no presentara fugas. Bajo ese patrón de calidad resultó que las marcas Therso, Flash, Cowboy Studded y Sheik Elite Ribbed tuvieron una calificación de regular y las marcas Everything y Sico Sensitive el resultado fue deficiente [11].
En Estados Unidos retiraron del mercado la marca "Avanti" después de estar disponibles en las farmacias durante más de cuatro años, al encontrar un índice de error del 14%, mientras que los fabricantes admitían fracasos inferiores [12].
¿Cuál es la tasa de fallos admitida en los condones que se venden en México?, ¿qué sucederá con los que salen de ese límite y continúan a la venta?, ¿quién responde por ellos? ¿qué se puede dar a cambio del contagio por fallas en el condón? En las empresas, el límite de rechazo permitido es de partes por mil, en este caso ¿de cuánta efectividad estamos hablando para efectos del SIDA? ¿sigue el criterio norteamericano de los años ochenta, de que los condones tengan un nivel de calidad aceptable cuando, en cualquier lote dado, la tasa de fallo por permeabilidad al agua no exede cuatro preservativos por 1000?
El HIV es un disco de 0.1 micras de diámetro. Los tests eléctricos de permeabilidad de los preservativos sólo son capaces de localizar agujeros de entre 10 y 12 micras, es decir agujeros unas 100 veces más grandes que el virus del SIDA. Más importante aún para la transmisión del virus es el descubrimiento de pasillos que comunican el interior y el exterior del preservativo con un diámetro cinco veces mayor que el HIV. Naturalmente, la presencia de los agujeros por donde se pueda colar el virus del SIDA, no significa necesariamente que lo haga. Por ello, la mejor manera de comprobar la seguridad que ofrecen los preservativos ha sido un estudio sobre la frecuencia de la transmisión del virus entre las parejas heterosexuales ‘HIV-discordantes’, es decir, en las que sólo uno de los miembros es seropositivo. Los resultados han demostrado que el uso del preservativo reduce sólo en un 69% la posibilidad de contraer el SIDA [13].
http://www.sinsida.com/informes/mont...20Preservativo