Todavía puedo ponerte otro ejemplo,
aunque en este caso es una visión profética, pero en la que se representa muy bien lo que es la resurrección. Se trata de la visión de Ezequiel de los huesos secos. Mira el relato completo:
Eze.37:1 La mano de Jehová resultó estar sobre mí, de modo que él me sacó en el espíritu de Jehová y me colocó en medio de la llanura-valle, y esta estaba llena de huesos. 2 Y él me hizo pasar junto a ellos todo en derredor, y, ¡mire!, había muchísimos sobre la superficie de la llanura-valle y, ¡mire!, estaban muy secos. 3 Y él empezó a decirme: “Hijo del hombre, ¿podrán estos huesos llegar a vivir?”. A eso dije: “Señor Soberano Jehová, tú mismo bien sabes”. 4 Y pasó a decirme: “Profetiza sobre estos huesos, y tienes que decirles: ‘Oh huesos secos, oigan la palabra de Jehová:
5 ”’Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová a estos huesos: “Aquí estoy haciendo entrar en ustedes aliento, y tendrán que llegar a vivir. 6 Y ciertamente pondré sobre ustedes tendones y haré que venga sobre ustedes carne, y ciertamente los cubriré con piel y pondré en ustedes aliento, y tendrán que llegar a vivir; y tendrán que saber ustedes que yo soy Jehová”’”.
7 Y profeticé tal como se me había mandado. Y un sonido empezó a ocurrir tan pronto como profeticé, y he aquí un matraqueo, y huesos empezaron a acercarse, hueso a su hueso. 8 Y vi, y, ¡mire!, sobre ellos tendones mismos y carne misma subieron, y se les empezó a cubrir con piel por encima. Pero en cuanto a aliento, no había ninguno en ellos.
9 Y él siguió diciéndome: “Profetiza al viento. Profetiza, oh hijo del hombre, y tienes que decir al viento: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “De los cuatro vientos ven, oh viento, y sopla sobre estos que han sido muertos, para que lleguen a vivir”’”.
10 Y profeticé tal como él me había mandado, y el aliento procedió a entrar en ellos, y empezaron a vivir y a plantarse sobre sus pies, una fuerza militar grandísima.