En estos dias ha sido literalmente asesinado un hombre negro por un policía blanco. El hecho que es un acto de racismo ha desatado las iras. Un video que circula por internet muestra la crudeza del maltrato policial, que a veces como en este caso produce la muerte. Esto tiene su origen, en un país con una larga trayectoria racista. Me refiero a los EEUU paladines de las libertades ¡O eso afirman ellos En estos días en que escribo hay manifestaciones por todo el orbe. A raíz de la detención de un.
Una de las características que singulariza estas manifestaciones es el de abatir estatuas. No las alzadas a las que representan una idea o en memoria de cualquier personaje. Son las que en su día se levantaron en memoria de esclavistas o consentidores del estado de esclavitud. Así en varias ciudades del mundo se han abatido las que conmemoran a Cristóbal Colón, entre otros.
¿Qué hizo el ilustre Almirante para merecer este trato? El señor Colón esperaba encontrar las Indias, o mejor dicho el “País de Jauja” que reflejó Carlo Collodi en su cuento de “Pinocho”. Tras haber prometido a los Reyes Católicos lo indecible “Por la salud de mi madre y que me muera sino lo cumplo” se encuentra con un panorama muy distinto a sus ilusiones. No aparecen tesoros por ninguna parte. Había ademas un problema añadido. Los indios abandonaron sus cultivos y se dijeron para si mismos: Que trabaje Rita la Cantaora. Estos tíos llegados de fuera, no es que quieran enriquecerse con la plusvalía…¡Es que no dan “palo al agua! (Traducido al mexicano, no trabajan, quieren alimentarse a nuestra costa y encima coquetean con la “parienta”)
¿Solución en la que piensa Cristoforo Colombo?: ¡Esclavizar a los indios
Idea por cierto nada nueva, porque ya se practicaba en America. Los pacíficos indios tahinos eran sometidos por los caribes. Pero….¡Con una salvedad¡
Fijaos que hablo en masculino, digo indios y no he pronunciado la palabra en género femenino “indias”. La diferencia es determinante, más que nada por la forma anatómica. Y es por esa diferencia, que las guardaban. Por supuesto que quien se quedaba con ellas era el caribe macho. La mujer caribe decía que las tahinas eran unas “mantas” y no sabían ni freír un huevo. El caso es que una vez guardadas, y para no aburrirse en el invierno, el caribe hombre le enseñaba a jugar al julepe. Mal jugador como lo era, al perder de continuo las partidas, y por la rabia causada literalmente se merendaba a la tahina, con prole y todo si la hubiera ¡Un tanto rústicos. Creo no se limpiaban con la servilleta!
Volviendo a la etapa de la Conquista, nos encontramos con una contradicción. Si bien al indio se le ha dado la libertad (Ovando y Real Cedula de 1503) se establece que trabajen en las minas o en el campo a cambio de salario. El problema radica, en que el indio no quiere el dinero porque desconoce su valor. Tampoco quieren que el “hombre de la sotana negra” le endiñe un rollo de materia religiosa. Unido esto a que desde un principio Colón quería venderlos como esclavos, los indios abandonan los cultivos y se van al monte. Quedan las indias, que de grado o por fuerza han de hacer vida marital con los blancos, mal que le pese al buen fraile, Bartolomé de las Casas.
¡Ah! He de decir que Hernán Cortes tuvo con la india cubana, una hija natural , que pasados los años se casó con el vecino de Mexico, Juan Salcedo.
En Santa Marta y el Nuevo Reino de Granada, desde el primer momento las mujeres ligaron bien con los españoles. Oviedo, las describe de tez clara y nos da razon de “las bragas que ellas traen son como las de la gobernación de Venezuela…bragas sueltas de algodón, que ninguna cosa encubren…” . En Cartagena de Indias fundada por Pedro de Heredia, desde primera hora fue una india la que le ayuda. Le sirve de interprete y negocia con las tribus. Casos como estos abundan. En el año 1550 según carta del Obispo de Coro, don Miguel Gerónimo Ballesteros había en esa ciudad ocho vecinos casados; “los mas estaban amancebados con indias que les hacen olvidar la mujer y los hijos que estan en España”