Cita Iniciado por misericordia Ver Mensaje
Los que tú llamas los Diez mandamientos de la ley judía no son iguales a los mandamientos que nos enseña Jesucristo en el Evangelio, pues el Viejo Testamento habla de tener esclavos y de no desear nada de lo que tienen los ricos, y Jesucristo por el contrario, nos enseña que el que quiera ser grande que sea servidor de los demás, y también nos enseña que los ricos vendan lo que tienen y lo den a los pobres.

Entonces tienes que comprender que hay una gran diferencia entre los diez mandamientos del Viejo Testamento y los mandamientos que nos enseña Jesucristo en el Evangelio.
No son iguales, similares,y hay mucho menos mandamientos en las escrituras cristianas
Jesus habla de tener esclavos tambien
lo que usted ignora es que los esclavos

La Ley protegía a los esclavos de ser tratados con brutalidad.
Si un esclavo perdía un diente o un ojo como consecuencia de ser maltratado por su amo,
tenía que ser puesto en libertad.

Como el precio de un esclavo solía ser de 30 siclos (compárese con Éx 21:32),
su liberación significaría una considerable pérdida para el amo;
de modo que esta ley tenía un fuerte efecto disuasivo
en lo que respecta al maltrato de los esclavos.

Secuestrar a una persona para luego venderla era un delito
que se castigaba con la muerte (Éxodo 21:16)

La esclavitud en Israel no era opresiva, como la que han practicado muchos países a lo largo de la historia.
Levítico 25:39, 40 menciona: “En caso de que tu hermano empobrezca al lado tuyo
y tenga que venderse a ti, no debes usarlo como trabajador en servicio de esclavitud.
Debe resultar estar contigo como trabajador asalariado, como poblador”.
Esto era una muestra de consideración hacia los más pobres

Si un israelita era declarado culpable de hurto
y no podía devolver el monto de lo robado según lo estipulaba la Ley,
podía ser vendido como esclavo (Éxodo 22:3).
Una vez que trabajara lo suficiente para saldar la deuda, recobraría su libertad.

La Ley que Dios entregó a Israel les prohibía a los amos maltratar a sus esclavos y abusar de ellos.
De ser necesario, podían corregirlos, pero con moderación.

Si un esclavo moría a causa del maltrato, la Ley ordenaba vengar su muerte (Éxodo 21:20).
Y si perdía un diente o un ojo o sufría cualquier otra mutilación,
debía ponérsele de inmediato en libertad (Éxodo 21:26, 27).