Iniciado por
doonga
Hace algunos años hice un negocio con un empresario judío.
No puedo objetar nada, todo se hizo en regla, los pagos puntuales, se cumplió todo por ambas partes, incluso los acuerdos verbales.
Durante el almuerzo que nos dimos las dos empresas para celebrar la conclusión del proyecto, estuvimos conversando amablemente,
hasta que surgió el tema de palestina.
Luego de diversas argumentaciones, el compadre me dice:
"y para qué quieren tierra estos beduinos flojos de mierda, si no saben ni sembrar una mata de pasto."
Y en eso no hay diferencia alguna con el "mandato de Jehová" al rey Saúl:
"Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos."