No importa cual sea el verbo, no importa para nada, con tal de que la desinencia te pertenezca. Yo quiero que cada uno de tus actos, cada acción que hagas, todas, sin excepción recaigan en mi humanidad. No importa que provoque placer o dolor, no importa que invoques a las tinieblas o aparezcas días floridos, quiero sentir cada uno de tus alientos, cada uno de tus pasos en mí.
Incauto.