¿A PABLO... O A CRISTO?... ¿A QUIÉN debemos seguir?
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María_Laura3 http://www.elforo.com/images/buttons/viewpost.gif Pablo en verdad predicó el Evangelio. Y enseñó que no siguiéramos doctrinas diferentes al Evangelio que Jesús predicó.
Pero las cartas hay que tener cuidado con ellas, y comprobar lo que coincide con el Evangelio y lo que no coincide, ya que el mismo Pablo dijo que aunque él viniera predicando un "evangelio diferente", que no lo creyéramos. Y eso es porque trataba de avisarnos que sus cartas podían ser manipuladas o ya lo estaban siendo. De hecho, Pablo dijo esto:
2ª Tesalonicenses 2:2
(....) no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra (......)
Esto nos enseña que tengamos cuidado con lo que haya escrito en sus cartas que no coincida con el Evangelio.
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cuinillo
Por aquellos tiempos, no estaba el mos**sad israelí, ni la central i<> agency ... pero ya tenían a sus agentes que interceptaban cartas y las manipulaban.
Todo ese cambio de las leyes en las escrituras ocurrió antes de Jesucristo en tiempos de los profetas, y luego en tiempos de los apóstoles, cuando torcían las cartas los indoctos y poco asentados, y luego volvió a ocurrir cuando los poderosos de Roma y su religión del imperio (siglo IV, emperador Constantino y sus sucesores) volvieron a imponer las leyes del viejo testamento que Jesucristo había anulado y las cartas atribuidas a Pablo que habían sido torcidas por los indoctos.
Desde que estas cosas ocurrieron, vino una gran confusión al mundo, y un sistema terrible de terror y de inquisiciones se impuso a los pueblos del mundo.
El Evangelio de Jesucristo es misericordioso y no mandó esas cosas. Pero los hombres no quisieron ser fieles al Evangelio y dejaron de vivir sus misericordiosos mandamientos.
Católicos, protestantes, judíos, mahometanos y otras religiones, han impuesto sistemas de terror y de inquisiciones completamente contrarias a los misericordiosos mandamientos del Evangelio.
¿A PABLO... O A CRISTO?... ¿A QUIÉN debemos seguir?
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KIMO
Debemos seguir a Cristo e imitar la fe que Pablo tenia en Cristo Jesus
Saulo de Tarso (más tarde llamado Pablo) se convirtió probablemente alrededor del año 34*E.C. Llegó a ser un verdadero apóstol de Jesucristo, quien lo seleccionó directamente después de su ascensión a los cielos.
Pablo parece ser que fue un buen cristiano, pero no es de los doce apóstoles elegidos por Jesucristo. Las cartas atribuidas a él dicen que Pablo fue apóstol de los gentiles. Pero el caso es que los doce apóstoles elegidos por Jesús, también fueron apóstoles de los gentiles, pues llevaron el Evangelio a todos los pueblos del mundo conocido en aquellos tiempos.
Bartolomé y Tomás llegaron hasta la India y la China predicando el Evangelio. Tomás fue atravesado por la lanza de un sacerdote hinduista. Los hechos de los apóstoles que llegaron a la India y a la China son admirables. Y ellos también fueron apóstoles de los gentiles.
El apóstol Bartolomé también murió predicando el Evangelio en los pueblos paganos del oriente. Allí fue asesinado, pues fue despellejado vivo, una muerte terrible que hace sufrir terribles tormentos.
Todos los apóstoles predicaron a los judíos, pero también a los gentiles. Y Pablo, igualmente, no predicó solamente a los gentiles, sino que predicó también a los judíos. Así que esas palabras que dicen que Pablo fue apóstol de los gentiles, y los demás apóstoles, de los judíos, son inexactas y hay que examinarlas a la luz del Evangelio, de los hechos de los apóstoles y de las mismas cartas.
Una prueba la tenemos en el Evangelio, pues Jesucristo que así les dijo a los apóstoles y discípulos:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16:15-16).
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén". (Mateo 28,19-20).
"Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". (Mateo 24,11-14).
Como puedes ver, tu equivocación está bien clara, pues Jesucristo mandó a sus apóstoles y discípulos que fueran por todas las naciones predicando el Evangelio. Y esto lo mandó Jesucristo a sus discípulos mucho antes de que Pablo se convirtiera al cristianismo.
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Argumentó a favor de su apostolado y presentó como prueba el hecho de haber visto al resucitado Señor Jesucristo
Los apóstoles elegidos por Jesucristo vivieron y estuvieron con Jesucristo en los tiempos de su predicación... Pablo se convirtió mucho después...
Vosotros queréis poner a Pablo por encima de los apóstoles y en el lugar que le corresponde a Jesucristo... y es que quisierais anular los mandamientos que Jesucristo os enseña en el Evangelio ... las intenciones de los anticristos están bien claras...
¿A PABLO... O A CRISTO?... ¿A QUIÉN debemos seguir?
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Eli_yahu
De ninguna manera las enseñanzas de Pablo son independientes de las enseñanzas de Jesús. Como dije antes, Pablo dirige la atención de su predicación a la figura de Jesucristo, lo que lo hace un cristiano verdadero.
Las biblias contienen los libros judíos del viejo testamento que Jesucristo abolió con su predicación y por eso fue perseguido por los judíos que mandaron que le crucificaran, padeciendo terribles tormentos cuando le clavaron en la cruz... Pero el Evangelio no pertenecía a los libros de leyes judías que Jesucristo abolió...
El Evangelio venía a enseñar a los pueblos los verdaderos mandamientos de Dios que el pueblo judío ya no conocía... Y Jesucristo mandó a sus discípulos que predicaran solamente el Evangelio por todos los pueblos, pues así dijo Jesucristo:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16:15-16).
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén". (Mateo 28,19-20).
"Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". (Mateo 24,11-14).
Esto es lo que mandó predicar Jesucristo por todos los pueblos, solamente el Evangelio... Pero en el siglo IV (Emperador Constantino y su religión judaizante de Roma) los poderosos del imperio que no amaban el Evangelio fueron los que impusieron en las biblias las leyes del viejo testamento que Jesucristo había dejado abolidas con su sangre, y también las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos, cuyos preceptos venían a decir que no estamos bajo la ley para eliminar así los mandamientos de Jesucristo.
Volver a imponer como si fueran leyes de Dios todas las leyes judías del viejo testamento que Jesucristo abolió, fue poner "la abominación de la desolación en el lugar santo"... La abominación desoladora de la que nos habló el Profeta Daniel.
LOS EMPERADORES DE ROMA DEL SIGLO IV Y SU RELIGIÓN FUERON LOS QUE IMPUSIERON LAS BIBLIAS JUDAIZANTES QUE TENEMOS AHORA.
La abominación de la desolación en el lugar santo es enseñar que no tenemos que guardar la Ley de Jesucristo (los mandamientos que Jesucristo nos enseña en el Evangelio). Cuando Jesucristo profetizó el fin del mundo, Él ya nos advirtió que habría muchos que no guardarían sus mandamientos, pues dijo se multiplicarían los infractores de la Ley:
"Y por haberse multiplicado la infracción de la Ley, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa" (Mateo 24:11-18.)
En el siglo III, las cosas empezaron a cambiar para los cristianos, pues los mandamientos del Evangelio empezaron a ser olvidados. Y ya en siglo IV los judaizantes de Roma dominados por los emperadores de Roma y su religión, volvieron a imponer las leyes del viejo testamento que Jesucristo había dejado abolidas con su sangre y con su dolor, y, sin respeto ninguno a Jesucristo, las volvieron a llamar "mandamientos de Dios".
Las biblias impuestas a los cristianos fueron confeccionadas e impuestas a los cristianos por los emperadores de Roma y su religión del imperio en el siglo IV, pero Jesucristo no había mandado predicar las leyes de las biblias judías o judaizantes que contenían tantos preceptos de hombres que Jesucristo abolió..., pues lo que había mandado predicar Jesucristo fue solamente el Evangelio. Y es que el Evangelio contiene los verdaderos mandamientos de Dios.
En el siglo IV, en tiempos del emperador Constantino, es cuando se impusieron las biblias judaizantes que los cristianos han tenido que soportar durante dieciséis siglos.
En el año 382, en el Sínodo Romano, por el Decreto del obispo Dámaso, se decidió qué libros se aceptaban y qué libros se rechazaban. Después, en 386, en el III Concilio de Cartago se prohíbe tener como escritura divina cualquier libro que no fuera de los que allí se escogieron.
La carta de Inocencio I a Exuperio (año 405) indicaba los libros que entraban en el canon y los libros que eran rechazados y condenados por el imperio católico dominado por los emperadores de Roma...: en aquel canon entraban los libros del viejo testamento que contenían todas las leyes que Jesucristo había abolido cuando predicó el Evangelio (la abominación de la desolación en el lugar santo).
Estas disposiciones del imperio romano tan alejadas del respeto que se le debe a Jesucristo, las siguieron todos los movimientos católicos y después otras religiones protestantes o llamadas "evangélicas" dominadas por los poderosos de las naciones.
Y en estos últimos tiempos, a todas las leyes del viejo testamento las siguen llamando "mandamientos de Dios"... "la abominación de la desolación en el lugar santo". __________________