Entiendo tu punto de vista.
Pero yo si fuese testigo me habría sentido cohibido por la organización.
Kimo nació allí, nunca fue a otras Iglesias, y se les prohíbe leer literatura anti-testigo. Algunos ex-testigos que hemos visto dicen que se bautizaron al rededor de los 12 años, pensando que era lo mejor. Y luego ya no podían salir e ir a ver por sí mismos las otras religiones.
Pensarás que eso no te merma nada, pero yo me pongo a pensar y me doy cuenta que la curiosidad que tuve a los catorce, mi incursión por otras Iglesias a los 15 y en adelante, mi propia visita a los testigos de Jehová esa temporada, habrían sido experiencias que no hubiese podido tener si mi religión me prohibiese visitar otras iglesias, o leer literatura opositora de parte de los desasociados.
No todos los expulsados son mala gente. Y algunos tienen argumentos y puntos de vista muy válidos. ¿Por qué no conocer esas cosas?
Jesús decía, "venid y ved". Eso no sería posible, si me lo prohibieran.
De mi experiencia visitando a los testigos, me di cuenta que sí había menos libertad. O por lo menos eso le parecía a un mormón acostumbrado a preguntar y disentir. Con la amenaza de la expulsión que me contó mi amigo testigo, me di cuenta que él no podía salir y ver fuera.
Ah, y supongo que ya sabes que de esa misma experiencia desarrollé poca confianza a la información proporcionada por la Watchtower de otras iglesias, porque el ejemplar de noviembre de 1995 de la ¡Despertad!, por ejemplo, está lleno de errores referente a las creencias de los mormones, y de eso yo sí sé para contarte. Y, bueno, tampoco el artículo fue escrito para alentar a sus lectores a ir y conocer a los mormones... Me entiendes.