Pues, ¿cómo no voy a insistir?... ¿O es que vamos a pasar por alto las palabras de Cristo?:
Lucas 24:39
39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
Este es un paralelismo, clásico de las formas hebraicas y semitas. Donde se expresa una misma cosa dos veces en forma ligeramente diferente. Es decir que las dos expresiones, se corresponden:
"
Mirad mis manos y mis pies" corresponde a "
palpad y ved"
mientras que,
"
que yo mismo soy" se corresponde con "
porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo."
Es decír, mirad, soy Yo, no un espíritu, sino Yo, en carne y huesos.
Tú admites varios significados para la palabra espíritu, pero sólo los significados que más te convienen. Cuando Jesús se presenta resucitado, Él enseña que los espíritus de los muertos no tienen carne ni huesos, y eso, porque nadie nunca había resucitado. Todo lo que Cristo dijo en esa oportunidad tenía que ver con el evento grandioso de su Resurrección.
Al decir el Señor que Dios es Espíritu, no está definiéndolo o delimitándolo. Dijo una de sus características para una samaritana que no sabía lo que adoraba al estilo pagano de samaria, quienes adoraban imágenes (
Juan 4:22;
2 Reyes 17:28-34). Por esto, sería absurdo, por ejemplo, que al indicar "Dios es amor", se pensara que Dios únicamente es ese sentimiento y no podría ser ninguna otra cosa (
1 Juan 4:8).
¿Y por qué era razonable decirle a la Samaritana que Dios es Espíritu y que debía adorarle en espíritu?
Eso lo responde Pablo:
"Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o a plata, o a piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres."(
Hechos 17:28-29)
Y esto es obvio, ya que fue Dios el que decidió crear al hombre conforme a su semejanza y a su propia imagen. (
Génesis 1:26)
Con lo cual, ella no debía adorar a Dios como adorando a uno de los ídolos paganos. Sino como a su Padre Celestial, viviendo, moviéndose, y siendo una verdadera hija de Dios. Esa es la verdad y el espíritu en el que debía adorarlo.
Y ya que ella es una semejante a Dios, teniendo además de espíritu un cuerpo físico, como fue creado Adán, luego, ¿por que Dios no puede tener el suyo?
Génesis 5:3
3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.