Saludos, paz y bendiciones en nombre de Ieshu.
Para empezar, la religión verdadera es la religión
cuyo Dios es el único Dios verdadero.
Hace un tiempo me pasó algo que me hizo perder mi fe. Debo admitir que yo no me comportaba bien, sino que era muy pecador, y hasta blasfemo; al punto que llegué a pensar que conforme a la biblia estaba perdido.
Quedé impresionado por cosas que me ocurrieron, cosas que considero que la mayoría de la gente desconoce; aunque hoy pienso que hay grupos que sí las conocen, entre ellos hombres con poder en éste mundo.
Se me trató de hacer pensar que algún día el hombre sería como Dios, o que había algún superior a Iah, el Dios de Abraham.
Debido a que no tenía fe, dudé mucho de la biblia, al punto de considerar que la misma no provenía de Dios. También comencé a considerar religiones que se hacen llamar cristianas, como los mormones.
Investigué en diversas religiones relacionadas con el Dios de Abraham (que se dicen seguidoras del único Dios), para mí podía encontrar la verdad en cualquiera de ellas.
También recurrí al islam, comencé a escuchar rezos islámicos, lo que me llenó de una extraña ira. Digo extraña porque no me parece que llegara por vías normales, fue como un tanto sobrenatural, pienso yo. Y me parece que desde entonces perdí gran parte del temor que pudiera tener a las cosas sobrenaturales que antes me habían pasado y por las que perdí la fe. Tenía una gran ira y quería destruir a cualquier hechicero.
Luego recurrí a los que se hacen llamar cristianos protestantes, oía sus canciones también (eso lo hice durante gran parte de mis años como supuesto cristiano). Mi ira se calmó con rezos de esta religión.
Además busqué a Dios en el judaísmo actual, escuchando música judía (no salmos, ni cantares).
Y estando en aquellas cosas, me llegó un dolor fuerte, un dolor de barriga; un fuerte dolor por el que fui varias veces a médicos, y me atendieron diversos médicos, me hospitalizaron, pero el dolor no se iba.
Hasta que volví a aquél que había dejado atrás por mi falta de fe, al Dios de Israel, al Padre de Ieshu. Fue una sola oración.
Aún así no recuperé mi fe completamente, y me mezclé con el mundo, y me manché nuevamente; pero sucede que me tuvo misericordia y, para ubicarnos cronológicamente, poco antes de que comenzara la pandemia de coronavirus, me condujo de nuevo a Él.
Mis enemigos me pusieron trampas, ellos quisieron mi alma (mi vida), pero lo que lograron fue que mi corazón esté dispuesto. Por ello comencé a cantar Salmos, y si Dios quiere, cantaré mientras veo cómo se acerca el amado, el Señor Ieshu. Mientras veo que pronto podré erguir mi cabeza, porque mi redentor se aproxima, nuestro redentor perpetuo vendrá, su Ungido vendrá.
Él vendrá, Él santo de Israel hará temblar con su voz, con su voz que hace que los bosques queden deforestados. Cuando descienda del cielo los montes humearan. Ante él las naciones son nada, y los demonios tiemblan sabiendo que es único.
Él es el Dios verdadero, el único Dios verdadero. El que maldijo ésta tierra, el que crea de nuevo todas las cosas. El que dijo a Israel en el desierto: "
Eterno Yo soy, y para siempre".
Él no falta a su Palabra, sino que sin falta la cumplirá, de Abraham su siervo no se olvidará y su misericordia estará para con los que le temen.