Tú lo has dicho: los enseño, y les recordó las palabras de Jesús.
Ninguna escritura debe contradecir a lo que Jesús enseñó cuando predicó el Evangelio. Entonces lo que realmente fue revelado por Jesús a los apóstoles no contradice a lo que Jesús enseñó cuando predicó el Evangelio. Por tanto los escritos de las cartas que contradicen a lo que Jesús enseñó y que han sido atribuidos a Pablo o a algún Apóstol, no son revelación de Jesús sino escritos que fueron torcidos por los indoctos que torcieron las cartas de Pablo como hacían con el resto de las Escrituras.