.
El cerco se va apretando en torno de Silvio Berlusconi, por acusaciones de perversión sexual. Varios amigos del Primer Ministro de Italia también van a tener que declarar en los juzgados, ya que las “ragazzas” -ayer complacientes-, hoy están demandándolos por “daños morales”.
Yo como mal pensada que soy, pienso que Berlusconi está adorando todo este escándalo de orgías (inclusive con menores de edad) en que se metió.
Italia es un país machista que ve hasta con risueña complicidad las bacanales palaciegas. Él esta vez está más comprometido que nunca, pero esto le sirve muchísimo para esconder su incompetencia y corrupción. Italia se olvidó de la total falta de respeto por las condiciones económicas a que la ha sometido.
Berlusconi es el Primer Ministro que tiene más tiempo en ese cargo desde el Duche. En los últimos años él ya fue varias veces juzgado por fraude y corrupción activa, y hasta fue condenado. Solo se escapa de ir preso, por malabarismos y chicanas jurídicas, que él mismo promulgó en causa propia como gobernante.
Italia está con una anemia profunda, No como la de Portugal o Grecia. No es una crisis aguda, pero es una enfermedad crónica, que va corroyendo su vitalidad poco a poco.
Cuando la economía de Europa se retrae, la de Italia lo hace en un mayor grado. Cuando Europa crece, Italia lo hace menos. El producto interno bruto creció en 10 años menos que el de Haití y Zimbabwe. Los jóvenes están yéndose a otros países para conseguir buenos empleos.
El prestigio de negociación está en 79º lugar, por debajo de Mongolia y de Indonesia. En el ranking de competitividad, estaba el año pasado en el puesto 40º, por debajo de España, Portugal y hasta de Kazajstán.
Por eso yo creo que Berlusconi está gustando de estos escándalos. Mientras todos leemos el problema que tiene con las chiquilinas que se “comió”, nos olvidamos de los 9 años que lleva la otra orgía institucional.
-