La muerte sería muy fácil. Sólo sufrimos los vivos. Hay que castrarlo, encerrarlo de por vida, que duerma en el suelo, que coma sólo desechos, sin ningún gusto, ninguna comodidad, que se le lleve enjaulado como la asquerosa bestia que es, a las plazas públicas, para exhibirlo ante todos y mostrarle al mundo, cómo es la cara de un violador y abusador. También se me antoja sacarlo una vez al mes vestido de mujer y soltarlo en alguna fiesta de camioneros.

Eso por ahora... luego, tal vez me inventaría hasta cosas malas...