Yo barrunto que dentro de la propia comunidad homosexual debe haber una pequeño sector, pequeño y silencioso como de costumbre, de los más inteligentes e íntegros que debe sentir repugnancia, vergüenza e impotencia de ver cómo y por culpa de unos energúmenos insaciables y podridos la que creían una causa justa, que los hacía sentirse de veras las víctimas, de veras paladines, ya no es tan clara, ni limpia ni bien definida como causa, siquiera. Ahora parece más un chillido de hienas.