Bordas de Hielo
Vengo a verte pasar todos los días,
vaporcito encantado siempre lejos...
Tus ojos son dos rubios capitanes;
tu labio es un brevísimo pañuelo
rojo que ondea en un adiós de sangre!
Vengo a verte pasar; hasta que un día,
embriagada de tiempo y de crueldad,
vaporcito encantado siempre lejos,
la estrella de la tarde partirá!
Las jarcias; vientos que traicionan; vientos
de mujer que pasó!
Tus fríos capitanes darán orden;
y quien habrá partido seré yo...
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Heraldos negros, Antología. 2002 Grupo editorial tomo, S.A de C.V. Pag.23
Cobíjame en tu regazo, abre tus brazos déjame amanecer contigo, no me
hables, ofréceme tus silencios, quiero escuchar tu corazón. Hoy dejare mis
garras y colmillos junto a la puerta al lado de tus olvidos.
Por ahora no tengo nombre así que seré quien tu quieras, el pago por tus
caricias pueden ser otros mil años de condena, aun poseo un trozo de arcoíris
y una porción del camino amarillo. Puedes beber de mi garganta o alimentarte
de mi seno. Tú decides.
Sin pensar, sin esperar, sin ayunar puedo llegar a ti, he bajado la guardia,
también me despoje de mis ropajes, abandone todas las mascaras, solo tengo
piel para ti. Te ofrezco pues la única oportunidad de que todo sea nuestro, la
obscura noche, el día que no llegará, el amanecer que amenaza con entrar
por la ventana.
Poséeme por esta única vez con la maldita rabia de lo imposible, sométeme
bajo el yugo de tus manos, esclavízame con tu cuerpo, rosa con tus labios
mis labios, húndete lentamente bajo mi espalda. Embriágame con el cruel
sabor de lo que no puede ser, luego puedes abandonarme de nuevo, te
aseguro me quedare varada donde me dejes.
No te amo, solo deseo con demencia tu piel, la miel contenida de tu boca, los
cantaros de luz de tu mirada, la razón de tu existencia, la yugular que tienes
en el cuello, quiero prenderme de ti, para arrebatar un solo instante entre tus
brazos.
Cada vez que me siento en peligro
Recurro a ti
Pienso en ti
Y te abrazo en mi imaginación.
Cada vez que me siento solo
Triste,
O desmotivado
Pienso sólo en ti
Y no se si eso me de fuerzas
Es sólo que eres o has sido
Lo más cercano
A la palabra felicidad.
Tu y yo no podemos hacer nada
Tu simplemente, al parecer,
No puedes amarme.
Y yo tampoco puedo forzar
El sentimiento.
La impotencia que me da
De buscar en Internet el mal de amores
Y saber que medio mundo
Está pasando por esto
me dice a mi que
No tengo nada en particular
Y que me tocará pagar
El karma, al igual que todos ellos,
De fijarme en la persona equivocada.
Te veo en mis sueños
y allí eres feliz
me gusta que seas feliz.
Gracias por ese beso en mi cama
Gracias por aparecerte en la noche oscura
a brindarme inspiración
luz, armonía.
Aunque al día siguiente
sólo sea un sueño
y me sienta vacío otra vez.
La esperanza, es dormir
y entrar a esa verdadera realidad
en la que tu y yo nos vemos
y me deseas
aunque tampoco seas mía allí,
pero no me interesa
porque solo seré dueño
de esta alma solitaria
que busca la luz
en medio de sombras
que busca el amor
incondicional
y lo he encontrado
porque te amo
sin la condición de que seas
siempre y eternamente
mía.