Las experiencias personales no cuentan, pues lo mismo dicen musulmanes, adoradores de la santa muerte o quienes alaban al drogadicto Maradona.
Tambien artistas o pensadores han influido en más personas que su carpintero y sus apóstoles analfabetas, y aún más. Y nadie los diviniza.
Sólo demuestran la estrechez de su visión del mundo, como el pueblerino que no conoce otros lugares y dice: "Mi pueblo es el más bonito"