Suicídate!
Suicídate!
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.
Ve por un marthel medallon de oro, dos copas y brindemos por que en el mundo existen hombres como vos.
La orden es Campartamos Vino, queso y hablame de tì que quiero saber màs.-
La orden es empleate a fondo que yo te escuchare por noches enteras y dias largos.
¡¡¡ya!!!!.-,..,,.-
consigueme el disco de la culebra
...Si me vieras no creerias que soy el mismo,
si me hablaras te diria las cosas que un loco diria para que nunca mas te alejaras de mi vida...
Ni culebros ni serpientes, porque no eres quién para dirigirte así a tu superior.
O me encuentras a "Los culebras" o te pongo de patitas en la calle. Tienes dos días, o te suspendo de empleo y sueldo por incompetente. (A éstos, le das la mano y te cogen el brazo).