Iniciado por
Fausto1880
Yo no lo he probado nunca, pero he oído buenas descripciones.
Parece que se produce un estado de hipersensibilidad. Por ejemplo, normalmente no escuchamos el sonido de nuestro propio corazón o el ruido que hace la sangre al pasar por las venas. Nuestro cerebro "depura" esas señales, siempre iguales, para que nos podamos dedicar a lo importante. Es un fenómeno parecido al que sufren quienes viven cerca de una cascada, que no la oyen, lo que les permite escucharse cuando hablan.
Bien, pues imagina por un momento que alteras el estado de conciencia normal, de forma que puedas escuchar nítida y conscientemente el ruido de las tripas al rozarse, de las válvulas del corazón abriéndose y cerrándose, sentir las microdescargas eléctricas que se dan en tu cerebro... ¿Interesante, no? Y bastante peligroso y desconcertante.
Otro ejemplo: la vejiga informa constantemente de su nivel de llenado. Sólo lo sentimos conscientemente cuando está lo bastante llena para que tengamos que ir al baño. Con la ayahuasca alteras el nivel de conciencia. Es posible que sientas que te vas orinar encima, cuando realmente apenas hay líquido.
También se altera el ritmo neuronal. Las sinapsis pueden multiplicarse notablemente y de formas distintas a las habituales. "Verás" fantasmas, oirás palabras que sólo están en tu mente, puedes entrar en clarividencia, razonarás con facilidad, verás relaciones causa-efecto donde antes sólo veías fenómenos inconexos. Es fácil que termines loco.
Especialmente, te verás a ti mismo. Pero no la máscara que nos fabricamos para poder soportar nuestra existencia... sino lo que se oculta tras ella. Verás tus egoísmos, tus cobardías, tus traiciones, tus miedos más acendrados. Y no sabrás si es verdad o es mentira. Si estás viendo un recuerdo real o uno que creó tu imaginación.
Las plantas sagradas las puede utilizar el sabio, debidamente preparado y precavido, para ver más allá y más adentro de lo que podemos ver con los ojos. Pero los alucinógenos no dan la sabiduría. Si son utilizados por el necio, por el malvado o simplemente por quien no está preparado, son una puerta al infierno.