Olvidaste la última parte, la que habla del Padre y de Jesucristo:
Juan 17:3
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado
Te pondré más citas para que veas que Jesucristo es Dios:
Mateo 1:20
Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Entonces Jesucristo es Dios, pues el Verbo era Dios... y el Verbo se hizo carne, como enseña el Evangelio:
Juan 1:1
Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios.
1:2 El estaba al principio en Dios.
1:3 Todas las cosas fueron hechas por EL, y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.
Juan 1:14
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros
Y por eso Jesucristo enseñó que estaba en el cielo y en la tierra al mismo tiempo, como enseña el Evangelio:
Juan 3:13
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Pero no olvides los mandamientos que Jesucristo enseña en el Evangelio y que mandó guardar para entrar en la vida. Jesús dijo:
"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
19:18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19:19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
19:20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
19:21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
9:23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
19:24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios"
(Mateo 19:17-24)
Jesus es un sacrificó por nuestros pecados
En la Biblia, varios pasajes hablan
de Cristo como un sacrificio,
especialmente en relación
con el perdón de los pecados.
El libro de Hebreos destaca que Cristo
ofreció un sacrificio
único y perfecto por los pecados,
a diferencia de los sacrificios repetitivos
del Antiguo Testamento.
Este sacrificio, su muerte en el madero
es visto como la base para
la reconciliación con Dios
y la remisión de los pecados
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)