Algunos individuos creen que si uno que ha visto a Jesús ha visto al Padre también,
Jesús tiene que ser el Dios Todopoderoso, plenamente igual a su Padre, Jehová.
Repetidas veces las Escrituras se refieren a Jesucristo
como aquel a quien Dios “envió” como su representante principal
Puesto que todo lo que Jesús hizo estuvo en plena armonía con la voluntad de Dios,
las personas que observaron a Jesús en cierto sentido estaban observando a Dios en acción.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)