Dijiste tener esposa, ahora dices tener novia, solo espero que no haya ningún niño o niña dentro de tu círculo, me quedo altamente preocupada porque así pueda ser.
Ya se sabe que los creyentes en dioses son unos viciosos del sexo sin importar ni edad ni género, ¡¡Háztelo mirar testigo de jehová!! tenéis una moral muy pero que muy oscura.
Última edición por Loma_P; 21-sep.-2024 a las 01:27
jajajajajaja
la loma perdio su mente
jajajajajajja
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
¿Perpetuo? ¿No será una momia no? jajajajajaja
So bobo, pero si ya dijiste que por lo menos tenías un hijo y que no nació el día que dijo un médico que nacería.
¡¡Madre mía!! si alguien cercano a éste espécimen está leyendo las barbaridades que dice, que por favor le aseste un garrotazo detrás de las orejas, no necesitamos seres como este sueltos por nuestras calles.
loma te tengo pendiente de lo que pasa en mi vida
estas poniendo mucha apención
pareze que tienes muchu anteres en mis vivencias
Peru no te enociones
no estoy interesado en un romance con marikitas
sorry!!!
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
El cristianismo ha tenido 10.000 credos diferentes, muchos de ellos enfrentados entre sí
Hoy, expone Jones, dos tercios de los estadounidenses confían en Dios con absoluta certeza y la mitad de ellos asevera que Jesucristo no tardará en volver. La mayor parte de los ciudadanos preferiría votar para presidente a un mormón, a un judío o a un homosexual que a un ateo. Y un tercio de la población cree que la Biblia ha de interpretarse de manera literal. La zarza en llamas hablaba y la mujer surgió de la costilla del hombre.
Jones se encuentra en la otra trinchera. Aunque sostiene que su libro “no pretende ser una declaración a favor o en contra del placer de las sectas; ni un ataque o una defensa, del cristianismo o de cualquier otro credo”, es difícil que un cristiano no se replantee su fe después de leer Ciencia y creencia. A medida que la doble hélice de ADN de nuestras células se copia, por ejemplo para concebir un hijo, se va llenando de errores, señala el genetista. Cada recién nacido presenta alrededor de 60 mutaciones. Y lo mismo ocurre con los pergaminos escritos una y otra vez por los escribas, como demuestran la Biblia Adúltera y la Biblia Pecadora.
Acumulando versiones, recuerda Jones, el cristianismo ha tenido 10.000 credos diferentes, muchos de ellos enfrentados entre sí. Desde los tiempos bíblicos hasta la invasión de Irak, se han producido unas 2.000 guerras. “Unos 120 de estos conflictos tuvieron una base eminentemente religiosa”, calcula. Analizar, y en muchos casos desmantelar, la Biblia, el Talmud o el Corán es, para Jones, mucho más que un pasatiempo intelectual.
En su libro, el investigador recurre a la geomitología, la disciplina que utiliza la ciencia para buscar los orígenes de las leyendas religiosas. En el caso del Diluvio Universal y el Arca de Noé, Jones recuerda que hay 300 relatos similares sobre inundaciones en todo el mundo. Uno de ellos surgió en Babilonia, en el actual Irak. Su dios decidió exterminar a toda la humanidad excepto a un gobernante llamado Atrahasis, a quien avisó para que construyera un barco para su familia y los animales.
Atrahasis, continúa Jones, existió. Fue señor de Sumeria 3.000 años antes del presunto nacimiento de Jesucristo. Y las excavaciones en los restos de su ciudad muestran las huellas de una gigantesca crecida del río Éufrates en aquella época.
Sin embargo, Jones no se reduce a la manida geomitología. También busca incoherencias (“en el Génesis, por ejemplo, el hombre es creado tanto antes como después de los animales”) y hasta errores de Dios. En el Libro de Job, el Señor explica al profeta que el nivel de los océanos es inmutable, porque durante la Creación le ordenó a la marea: “Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí cesará la arrogancia de tus olas”.
“Desde la época del éxodo hasta el siglo XX mantuvo su promesa, pues el límite de la marea alta se hallaba más o menos estable, pero desde principios de la década de 1990 se ha producido un aumento medio de unos tres milímetros al año [por el cambio climático]”, bromea Jones.
El genetista también indaga en el origen de la fe en el cerebro humano y acaba con una propuesta. “Así como se han superado los obstáculos de la lengua, la raza y la distancia que otrora nos dividían, ha llegado el momento de abandonar esta última restricción que constituye la religión, que hace mucho más por separar que por unir”. Su sustituto, opina, es la ciencia.
Los primeros diecisiete libros del Antiguo Testamento, desde Génesis hasta Ester, dan cuerpo al registro histórico de los tratos de Dios con el hombre desde la creación hasta el siglo quinto antes de la era común. Pero esta no es mera historia muerta. Note lo que escribió el apóstol Pablo al respecto: “Pues bien, estas cosas [descritas en el Antiguo Testamento] siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros [los cristianos] a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado”. (1 Corintios 10:11.)
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)