“[Volverás] al suelo, porque de él fuiste tomado.
Porque polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19)
(Génesis 2:7) Y Jehová Dios pasó a formar al hombre del polvo del suelo
y a soplarle el aliento de vida en la nariz. Y el hombre se convirtió en un ser vivo.