Lo que Jesucristo profetizó sí son profecías que están escritas en el Evangelio y se cumplirán a su debido tiempo porque Jesucristo dijo que sucederían y avisó cuándo sucederían.
Una de ellas es la abominación de la desolación en el lugar santo. El lugar santo son las mismas Escrituras, en las que está cambiada la ley de Dios en mentira por la pluma mentirosa de los escribas, como dice Jeremías 8:7-8.