La astrología ya se practicaba 2.000 años antes de que naciera jesús. Se les conocía como adivinos y los agricultores los consultaban de manera habitual por ser conocedores del cambio de estaciones. Hasta jesús los nombra y te sonará la palabra oráculo, pues dicha palabreja es tan antigua como la tos.
Pusieron que nació en Belén para poder tener acceso a toda la parafernalia judía y toda la invención posterior de la descendencia de David. En fin literatura al nivel del Quijote.