Así que el diluvio no lo mandó tu dios, así que Sodoma y Gomorra tampoco, así que las plagas de Egipto, ni las muertes de los primogénitos, ni tantos otros genocidios y asesinatos los cometió tu dios, eso sí os dejó el mayor de los regalos, el regalo que él no quiso en su casa, a satanás, que os lo metió en vuestra casa.
Lo dicho nada misericordioso, nada amoroso para con los que decía que eran sus hijos.