Los seguidores de Jesús, encabezados por su hermano Jacobo (Santiago), proclamaron entonces que él había sido resucitado por Yahvé y que retornaría en breve para reinar como Mesías. El nuevo grupo, o camino como ellos decían, tuvo relativo éxito. Como no eran alborotadores no fueron molestados y comenzaron a desarrollar su propia interpretación de la historia judía. Entre otras cosas aseveraban que Jesús era descendiente de David, que interpretaba la Torah de manera novedosa y que todas las antiguas profecías sobre el Mesías se cumplían en él.
Un grupo pequeño de estos seguidores de Jesús eran judíos de lengua griega, provenientes de la diáspora, y se caracterizaban por ser más radicales. Tuvieron conflictos con las autoridades religiosas, uno de ellos, Esteban fue muerto, y se fueron de Jerusalén a Cesárea y Antioquía donde fundaron nuevos grupos. Por su insistencia en hablar del Mesías, fueron apelados los mesiánicos o, en griego, cristianos. De entre ellos surgió un predicador llamado Pablo, quien reinterpretó de manera diferente la creencia en Jesús, el Cristo, poniendo las bases para una nueva religión derivada, pero distinta, del judaísmo.
Y de aquí y así salió lo de cristo. Invención de Pablo.