Las Sagradas Escrituras constituyen el mensaje perfecto, refinado, puro y verdadero de Dios
(Salmo 12:6) Las palabras de Jehová son puras; son como plata refinada en un horno de barro, purificada siete veces.
(Salmo 119:140) Tus palabras son purísimas, y tu siervo las ama.
(Salmo 119:160) La verdad es la propia esencia de tu palabra, y todas tus justas sentencias duran para siempre.
(Proverbios 30:5) Todas las palabras de Dios son puras. Él es un escudo para los que se refugian en él.
(Juan 17:17) Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)