Cita Iniciado por ELB Ver Mensaje
Mateo 8:29
Y gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo?


Apocalipsis 14:11
Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre.

(Apocalipsis 14:10, 11) también beberá del vino de la furia de Dios,
servido sin diluir en la copa de su ira,
y será atormentado con fuego y azufre a la vista de los santos ángeles y a la vista del Cordero.

11El humo de su tormento subirá para siempre jamás.
Y los que adoran a la bestia salvaje y a su imagen
y los que reciben la marca de su nombre no tendrán descanso ni de día ni de noche.



Algunos han considerado que la mención de fuego y azufre aquí
es prueba de la existencia de un infierno de fuego.
Pero una mirada breve a una profecía similar muestra
lo que en realidad quieren decir estas palabras en este contexto.
Allá en los días de Isaías, Jehová advirtió a la nación de Edom
que sería castigada por su enemistad con Israel. Dijo:
“Los torrentes de ella tienen que cambiarse en pez,
y su polvo en azufre; y su tierra tiene que llegar a ser como pez ardiente.
Ni de noche ni de día se extinguirá;
hasta tiempo indefinido su humo seguirá ascendiendo.
De generación en generación quedará abrasada;
para siempre jamás, nadie irá pasando por ella”. (Isaías 34:9, 10.)

¿Fue arrojada Edom en algún mítico infierno de fuego para arder para siempre?
Por supuesto que no. Más bien, la nación desapareció por completo del escenario mundial
como si hubiera sido totalmente consumida por fuego y azufre.
El resultado final del castigo no fue tormento eterno,
sino “lo vacío [...] desierto [...] nada”. (Isaías 34:11, 12.)

El humo ‘que asciende hasta tiempo indefinido’ ilustra vívidamente esto.
Cuando una casa se quema, el humo sigue subiendo de las cenizas por algún tiempo
después que las llamas se han apagado,
y da a los observadores prueba de que ha habido una conflagración destructiva.
Aun hoy el pueblo de Dios recuerda la lección que se ha de aprender de la destrucción de Edom.
De esta manera ‘el humo de su quema’ todavía asciende simbólicamente.