Los no creyentes no pecamos, cometemos errores, los no creyentes no creemos en dioses asesinos y sanguinarios que nos infundan miedo ni prometan cosas que no cumplen, por esa sencilla razón os damos tanta envidia y estáis todos los días tras nosotros, pero eso tampoco nos importa, no necesitamos refuerzos sobre nuestra autoestima ni permiso de los dioses y vosotros sí.