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tomas0402
Cuadragésimo quinto asesinato de Jehová, o Yahveh o Jesucristo.
(El final triste de una historia. Moraleja: Nunca entregues un cheque en blanco a un villano. Se cobrará con creces los favores).
34 Cuando Jefté volvió a Mispá, a su casa, he aquí que su hija salía a su encuentro bailando al son de las panderetas. Era su única hija; fuera de ella no tenía ni hijo ni hija.
35 Al verla, rasgó sus vestiduras y gritó: «¡Ay, hija mía! ¡Me has destrozado! ¿Habías de ser tú la causa de mi desgracia? Abrí la boca ante Yahveh y no puedo volverme atrás.»
36 Ella le respondió: «Padre mío, has abierto tu boca ante Yahveh, haz conmigo lo que salió de tu boca, ya que Yahveh te ha concedido vengarte de tus enemigos los ammonitas.»
37 Después dijo a su padre: «Que se me conceda esta gracia: déjame dos meses para ir a vagar por las montañas y llorar con mis compañeras mi virginidad.»
38 El le dijo: «Vete.» Y la dejó marchar dos meses. Ella se fue con sus compañeras y estuvo llorando su virginidad por los montes.
39 Al cabo de los dos meses, volvió donde su padre y él cumplió en ella el voto que había hecho. La joven no había conocido varón. Y se hizo costumbre en Israel:
40 de año en año las hijas de Israel van a lamentarse cuatro días al año por la hija de Jefté el galaadita.
(Jueces 11:34-39 - Biblia de Jerusalén).
NOTA.- Que la conciencia de cada uno juzgue esta historia.