Los amalecitas
habrían de llegar a ser enemigos crónicos de Dios
y de su pueblo escogido de aquel tiempo, el antiguo Israel.
La primera reunión entre los amalecitas y los israelitas
tuvo lugar poco después del éxodo de Egipto, en Refidim, cerca del monte Sinaí.
Aquí los amalecitas efectuaron un ataque no provocado sobre Israel,
acosando su retaguardia y cortando a los débiles y cansados.
Josué comandó a las fuerzas israelitas en la pelea,
y Moisés mantuvo levantada su vara a la vista de la gente para indicar que Jehová estaba con ellos.
En aquella ocasión Israel triunfó. Los amalecitas fueron completamente derrotados
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)