La Ley de Dios dada a los Israelitas les hizo más conscientes aún de su condición pecadora, lo que no quiere decir que los indujo al pecado, sino que hizo muy manifiesto el hecho de que eran pecadores. La Ley proporcionó la base legal para imputar pecado a un mayor número de personas y por muchas más causas.
Aparte de ley el pecado no se hubiese tipificado explícitamente, no se podía acusar a nadie de pecado si la imputación carecía de definición legal. Antes de la existencia de la Ley, los Israelitas como otras personas vivían libres de acusación por pecados aún no tipificados.