Cierto diccionario define el materialismo como
“la preocupación por los intereses materiales o la importancia que se les atribuye en detrimento
de los intereses intelectuales o espirituales”.
Así que el materialismo nace de nuestros deseos, prioridades y objetivos en la vida

Jesús puso la ilustración de un hombre al que también, como a Roberto y misericordia,
le preocupaban los bienes materiales.

Este personaje se centraba en su riqueza
más bien que en usar lo que tenía para aumentar su servicio a Dios.
Demoleré mis graneros y edificaré otros mayores —comentó el rico—, y diré a mi alma:
‘Alma, tienes muchas cosas buenas almacenadas para muchos años;
pásalo tranquila, come, bebe, goza
’.
Jesús siguió relatando: “Pero Dios le dijo:
‘Irrazonable, esta noche exigen de ti tu alma.
Entonces, ¿quién ha de tener las cosas que almacenaste?’.
Así pasa con el hombre que atesora para sí, pero no es rico para con Dios” (Lucas 12:16-21).