Así es amigos, la codicia es la raíz de todos los males, por eso lo que nos enseña el Evangelio es que lo que Dios quiere es la misericordia.
"Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7) .