La ley mosaica no contemplaba que hubiera prisiones para castigo.
Como la justicia tenía que ejecutarse rápidamente (Jos 7:20, 22-25),
el Pentateuco muestra que solo se ponía a la persona bajo custodia
en los casos en que se requería aclaración divina. (Le 24:12; Nú 15:34.)
Les deja saber que, cuando entren en la Tierra Prometida,
tienen que hacer expiación por los errores, pero al que sea deliberadamente desobediente
se le debe cortar de la existencia sin falta.
Así, cuando se halla a un hombre que recoge madera en violación de la ley sabática,
Jehová manda: “Sin falta el hombre debe ser muerto” (15:35).
Como recordatorio de los mandamientos de Jehová y de la importancia de obedecerlos,
Jehová da la instrucción de que el pueblo lleve flecos en las faldas de sus prendas de vestir.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)