
Iniciado por
tomas0402
El comunicarse dios a los hombres a través de escritos de hombres, trae como consecuencia que con el tiempo su palabra se queda obsoleta.
Vean lo que dice Pablo en su carta 1 Corintios 11, en la mayoría de sus versículos.
Una pregunta que me hago: ¿Qué entendía Pablo por “naturaleza” al decir? « ¿No os enseña la misma naturaleza que es una afrenta para el hombre la cabellera, mientras es una gloria para la mujer la cabellera? »
“Sed mis imitadores, como lo soy de Cristo.
Atavío de las mujeres
2 Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido.
3 Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.
4 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta a su cabeza.
5 Y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta a su cabeza; es como si estuviera rapada.
6 Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y si es afrentoso para una mujer cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra!
7 El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del hombre.
8 En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre.
9 Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.
10 He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles.
11 Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor.
12 Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.
13 Juzgad por vosotros mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?
14 ¿No os enseña la misma naturaleza que es una afrenta para el hombre la cabellera,
15 mientras es una gloria para la mujer la cabellera? En efecto, la cabellera le ha sido dada a modo de velo.
16 De todos modos, si alguien quiere discutir, no es ésa nuestra costumbre ni la de las Iglesias de Dios.”
(1 Corintios 11:1-16 - Biblia de Jerusalén)