Saludos, paz y bendiciones en nombre de Ieshu el Ungido a mis hermanos, a los incrédulos y a los que dudan.

Algo común en los incrédulos es rebajar la Gloria de Dios comparándole con mortales.

Muchos quizás piensan que Dios tiene que ser como un político que necesita del apoyo de la gente para ganar unas elecciones, o para hacer una nueva ley.

Dios no tiene que pedir permiso a nadie para hacer nada. Nadie le ha prestado nunca nada a Él para que Él tenga que devolverle el préstamo.

Abraham fue justo porque creyó a Dios, no porque fue rico, ni porque tenía una genética privilegiada, ni porque tenía muchos amigos humanos. Porque Abraham le creyó a Dios, le fue contado por justicia y fue llamado amigo de Dios.

Las naciones tienen su propia justicia, y hay quienes están de acuerdo con esos juicios humanos y quienes no. Pues bien, Dios es el Juez de toda la tierra y tiene dominio sobre todos los gobiernos del mundo, porque los cielos gobiernan, y todos sus caminos son verdadera Justicia.