Los nombres Emanuel y Daniel significan: con nosotros está Dios y justicia de Dios, respectivamente.

Al final de cada nombre leemos la palabra El, que hace alusión a Dios.

En el caso de Emanuel, fue empleado como un título, aunque es un nombre profético: "con nosotros está Dios", puesto que ni Maher Salal Hasbaz, ni Ieshu, fueron llamados así al nacer. Paulo dijo que Dios estaba en el Ungido reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en cuenta los pecados.

Todos los nombres hebreos tienen significados, lo que da relevancia a Emanuel es que el profeta Iesaiah lo emplea, y es usado con Ieshu. El despojo se apresura.

Pero, como es de esperarse, un incrédulo dirá que no se cumplió, porque no cree que Dios estaba en Ieshu.


Cita Iniciado por Wigberto Ver Mensaje
Los iudaios se tuvieron que quedar asombrados cuando vieron que el templo que había sido reconstruido después de que Babyl lo destruyó, volvió a ser destruido, ahora por Roma.

¿Cómo puede ser eso, si los profetas hablaron que la gloria del Templo que sería edificado superaría a la del anterior?.

Los seguidores de la enseñanza de Ieshu el Ungido creemos que las profecías se escribieron para nosotros, como todo lo que se escribió en la biblia. Por eso, aunque una profecía cumpliera un propósito en la época en que se anunció, o en épocas próximas; todas, al igual que todo lo que enseña la biblia, es para un cumplimiento mayor.

Por ejemplo, de la biblia leo que el hijo del profeta Iesaiah fue el Emanuel. Su nombre fue Maher Salal Hazbas. Del mismo modo, profecías que fueron aplicadas a Dawid o a Shalomo, tienen un cumplimiento perfecto en Ieshu. Como aquella donde Dios le dice a Shalomo: "Yo seré Padre de él, y él será hijo mío".

Emanuel quiere decir que Dios estaba de parte de ellos (del reino de Iudah), y Shalomo quiere decir que Dios les daría paz.

En efecto, Israel estuvo en paz en tiempos de Shalomo, el cual con su sabiduría, dada por Dios, logró dominar a todos sus enemigos que le rodeaban.

Sin embargo, muerto ya Shalomo, Dios, por medio de Iesaiah (y otros profetas) vuelve a hablar de un rey descendiente de Dawid cuyo trono sería establecido para siempre delante de Él, ese rey es al que los iuidaios llaman haMashíaj, que en griego se dice Cristo y en español es el Ungido.

Mushé también escribió de este rey, pero los iudaios no creen que lo hizo desde los días de Adán. Y no creen que sea Ieshu, pues los iudaios son incrédulos.