Revelación 1:8 declara: “Yo soy el Alfa y la Omega,
El Principio y el Fin, dice el Señor Dios, el que es, y que era, y que ha de venir, el Todopoderoso.”
(Versión Moderna) Claro está que aquí se refiere al Altísimo Dios Jehová.

Aunque en el versículo anterior Rev. 1:7 se refiere a Jesucristo como el que “viene con las nubes,”
las palabras de Revelación 1:8 y los versículos circundantes muestran que él no podría ser “el Alfa y la Omega.”

En las Escrituras, el Padre del Señor Jesucristo
es el único a quien se refiere como “el Señor Dios” y como el “Todopoderoso.”
Jesucristo mismo se refiere a su Padre como “mi Dios.” (Juan 20:17; Rev. 3:12)

Según leemos en Revelación 1:1, Dios le dio la revelación a Jesucristo.
Por lo tanto, tenemos razón para esperar que en el relato se citen las palabras del Dios Todopoderoso.
La primera vez que se menciona “el Alfa y la Omega” manifiestamente es un ejemplo de esto.
Además, en el mismísimo versículo siguiente,
el escritor del libro de Revelación, el apóstol Juan dice:
“Yo . . . vine a estar en la isla que se llama Patmos
por hablar acerca de Dios y por dar testimonio de Jesús.” (Rev. 1:9)
Esto [COLOR=var(--du-color--textSubdued,#626262)]
proporciona corroboración adicional de que Juan entendía que Dios es el Padre del Señor Jesucristo.[/COLOR]