Yo nací en medio de un cristianismo apóstata que va por la amplia puerta de la perdición.
Hoy día no hay un verdadero apóstol, no he visto a ninguno. Todos mienten al decir que son verdaderos cuando no pueden hacer las señales de las que habló el Señor.
Lo que me queda es esperar, porque si sigo esas religiones, me perderé.