Supongo que el Vaticano, al ser un estado, tendrá cónsules del resto de estados.

Supongamos que los Estados Unidos de América cambia su cónsul. El nuevo cónsul no presenta las credenciales al Papa (o a quien corresponda presentarlas).

En lugar de eso, se une a lo bajo de la sociedad, y dice que el Papa y los cardenales son unos falsarios.

Un día hace un látigo y entra en el Vaticano, desmontando todo aquello que dice ser falso.

¿Les suena algo esta mini historia?

¿Se quedarían las autoridades de brazos cruzados?

¿Se trataría de que el Papa y los Cardenales le tuvieran envidia?

¿Lo correcto no era que hubiese presentado sus credenciales?